En diferentes lugares de los evangelios encontramos a
Jesús dando gracias a Dios por diferentes situaciones – al multiplicar los
panes y los peces, en la última cena, etc.
Sin embargo, en ninguno de los evangelios vemos a
Jesús exigiendo a ninguna persona que le agradezca absolutamente nada. Ni al
convertir el agua en vino, ni al alimentarles, ni cuando cura a los enfermos,
ni cuando resucita a los muertos, ni al salvar la vida de la mujer adúltera, ni
al enseñar, ni al compartir, ni al dar su vida por nosotros.
No, Jesús no pide agradecimiento. Jesús pide que la
persona se convierta y que no vuelva a la vida de pecado. Eso es todo. De
hecho, en el pasaje de la curación de los diez leprosos se ve sorprendido
cuando uno de ellos vuelve para agradecerle.
Lucas 17:17-18
Respondiendo
Jesús, dijo: ¿No fueron sanados los diez? Y los otros nueve, ¿dónde están? ¿Fue
solo este extraño el que regresó y dio gloria a Dios?
Jesús les había indicado que fueran al templo y
cumpliesen con los preceptos para que pudieran volver a entrar en la sociedad,
volver con sus familias y conseguir trabajo.
Nótese entonces que Jesús no aspira a agradecimientos
hacia su persona, ¿quiere decir esto que para Jesús no era importante
agradecer? Yo creo que no. Jesús nace y se educa en la tradición judía que
tiene como una de sus principales características el agradecer - agradecer
especialmente a Dios por todas las cosas – los alimentos, la salud, la
prosperidad, los hijos, la naturaleza, el trabajo, la alegría, las escrituras,
la fe.
Y es que el pueblo judío tiene tres pasos claros para
el agradecimiento – 1. evoca – 2. reconoce – 3. agradece. Son muchos los ejemplos de las oraciones
judías de agradecimiento a Dios y también muchas las plegarias que han quedado
inmortalizadas en la Biblia, especialmente en los salmos. En los salmos vemos como los judíos evocan
los momentos en que Dios les ha salvado, luego reconocen el poder de Dios con
frases como - “el Señor ha estado grande con nosotros” pasando luego a
agradecer su misericordia, justicia y fidelidad.
También Jesús, por supuesto, agradece a Dios cada día
por todo lo vivido y lo deja bien demostrado en los ejemplos citados
anteriormente, pero quizás el momento emblemático que podemos escoger es el
siguiente – el Agradecimiento a Dios por revelar las cosas a los más sencillos.
Luc (10, 21-24)
En aquel
momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: «Te
alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a
los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque así lo has querido. Todo me ha
sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como
nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar».
Después,
volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: «¡Felices los
ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les
aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo
vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!».
Y es que Jesús en su humildad y delicadeza no nos
exige agradecimiento alguno, al menos no de manera explícita, pero si nos
enseña con su ejemplo a que seamos agradecidos. Es más que claro que con su
ejemplo nos invita a agradecer a Dios Padre por todo lo vivido.
Ahora, muchos podrán plantearse la siguiente pregunta
- ¿qué tanto vamos a agradecer en este mundo que está tan corrupto y
convulsionado con guerras, corrupción, miseria y dolor?
Son muy variadas y diferentes las posibles respuestas,
sin embargo yo hoy te comparto 4 motivos para agradecer a Dios que nos dice el
joven francés Benjamín Eggen, autor del libro ¿Sediento de más?- en su entrada
a su blog- https://www.larebellution.com/2016/12/31/4-sujets-reconnaissance/ .
Me parecen 4 razones no solo importantes sino maravillosas
porque no se viven desde las condiciones del mundo o las condiciones de mi vida
en este minuto, sino que se viven desde la fe. Son 4 cosas que podemos hacer
durante todo el año independientemente de si me va bien o mal en un momento
dado.
#1 – Da gracias a Dios por las oportunidades de
testificar que te ha dado este año
Solo trate de detenerse por un momento y pensar en
todas las oportunidades que ha tenido para compartir el evangelio este año.
Piensa en todas las puertas que Dios te ha abierto para dar a conocer el
misterio de Cristo (cf. Colosenses 4,3).
Una persona que te hizo preguntas sobre tu fe, un
amigo al que pudiste pasarle la Biblia, un desconocido con el que pudiste
compartir el Evangelio... Que gracia poder dar testimonio, a pesar de nuestra
debilidad, de la buena noticia que transforma!
Gracias a Dios por permitir oportunidades para esto y
por darte el coraje y el amor para aprovecharlas.
#2 – Da gracias a Dios por las dificultades que has
pasado este año
Agradecer a Dios por las pruebas está lejos de ser el
punto más fácil. Incluso es probablemente la oración más difícil de pronunciar,
especialmente cuando hemos vivido pruebas dolorosas que nos marcarán para
siempre. Parece extraño, incluso tonto, agradecer a Dios por las pruebas que
hemos pasado este año. Sin embargo, si miramos lo que han producido en
nosotros, entonces podemos expresar nuestra gratitud a Dios. Si hemos aprendido
de ellas, entonces hay mucho que agradecer.
Con esta visión más global de la prueba, podemos decir:
«“Gracias Señor por lo bueno que ha salido de las pruebas que he pasado este
año. Gracias por permitirme salir de ellas, y gracias especialmente por
enseñarme y forjar mi carácter a través de ellas, para hacerme algún día
perfectamente como Jesucristo.»
#3 – Agradece a Dios por la fe y el amor de quienes te
rodean
Podemos agradecer a Dios por los que nos rodean.
Porque su fe y su amor vienen de Dios. Porque fueron salvos por pura gracia, y
por la obra de Dios en sus vidas. ¡Gracias a Dios por la salvación que
recibieron y por la obra que Dios está haciendo en sus corazones!
#4 – Gracias a Dios por el Evangelio
¡Dad gracias a Dios por el Evangelio, que nos permite
ser reconciliados con Dios, perdonados de nuestros pecados, salvos para la
eternidad! Gracias al evangelio conocemos a Jesús y por Jesús conocemos a Dios
Padre.
Toma este fin de año un rato para 1. evocar – 2.
reconocer – 3. Agradecer toda la acción de Dios en tu vida … puedes comenzar
con alguna de estas 4 razones o con alguna razón particular de tu año 2022. Y
en el año 2023 hagamos como Jesús nos enseñó - hacer el bien a todos sin
esperar agradecimiento y agradecer a Dios Padre cada día, porque siempre hay
algo que agradecerle.
Feliz año 2023 para todos.