De acuerdo al Evangelio de Marcos, es ante el sanedrín donde, por primera vez, Jesús se proclama mesías (o Cristo) (14, 60-62).
60 El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie ante la asamblea, interrogó a Jesús: «¿No respondes nada a lo que estos atestiguan contra ti?».
61 El permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó nuevamente: «¿Eres el Mesías, el Hijo de Dios bendito?».
62 Jesús respondió: «Así, yo lo soy: y ustedes verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo».
También Marcos insiste en el hecho de que Jesús se declara rey de los judíos ante Pilato (15, 1-2).
1 En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
2 Este lo interrogó: «¿Tú eres el rey de los judíos?». Jesús le respondió: «Tú lo dices».
Finalmente, es el centurión - ¡un pagano! - el primer hombre que confiesa a Jesús como Hijo de Dios (15,37-39).
37 Entonces Jesús, dando un grito, expiró.
38 El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
39 Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: «¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!».
En el resto del evangelio de Marcos, en los relatos anteriores a la pasión, solamente las voces celestiales (1,11; 9, 7) y los demonios dan este título a Jesús. Así, pues, el lector de Marcos se siente invitado ante todo a confesar que:
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