La pasión según Mateo
Durante la pasión, Mateo subraya el cumplimiento de las profecías y la reflexión sobre Jesucristo está muy desarrollada:
• Introduce con frecuencia el nombre mismo de Jesús Mt 27,57: comprende que Jesús es el reino hecho presente.
• El poder de Jesús está más marcado, Jesús autoriza su arresto (Mt 26,50).
• La muerte y la resurrección de Jesús provocan la resurrección de los justos del Antiguo Testamento y su entrada en la Jerusalén celestial (Mt 27, 51b-53).
Pero, es después de pascua donde Jesús es glorificado. Se manifiesta a los discípulos cumpliendo el oráculo de Isaías (Mt 4, 14-16). De allí los envía a predicar al mundo entero. Para Mateo, el fin del mundo ha llegado con la pascua. Todo está ya hecho. La victoria se ha alcanzado y sólo falta ocupar el territorio.
Con la oración del Viacrucis no nos quedemos solo en la contemplación del conflicto entre el bien y el mal, el pecado y la bondad, la pasión y la salvación; vayamos más allá, a lo más fundamental:
Jesús ha Resucitado y nos envía a llevar esta buena nueva al mundo entero
19 Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado.
Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».
Viacrucis según Mateo
Los jefes judíos y Judas traman la muerte de Jesús (26, 1-5. 14-16).
Jesús celebra su última cena e instituye la eucaristía (26, 17-29).
Jesús se dirige a Getsemaní. Anuncia su negación (26, 30-35).
Jesús ora en Getsemaní (26, 36-46).
Jesús es arrestado (26, 47-57).
Jesús comparece ante el sanedrín (26, 58-68).
Pedro niega a Jesús (26, 69-75).
Judas desespera de la bondad divina (27, 3-5).
9. Jesús es condenado por Pilato (27, 1-2. 11-26).
Jesús es coronado de espinas (27, 27-31).
El siervo doliente en la cruz (27, 32-44).
La muerte de Jesús: apertura del fin de los tiempos (27, 45-54).
Los jefes judíos ordenan vigilar el sepulcro (27, 62-66).
El resucitado se aparece a las mujeres (28, 1-10).
El resucitado envía a sus discípulos al mundo entero (28, 16-20).
Oración: Bendito seas Señor, ven en nuestra ayuda.
Cuida de nosotros, que somos tu rebaño y
necesitamos oír tu voz.
No olvides tu promesa y acompáñanos siempre,
hasta nuestro último suspiro.