Los Padres de la Iglesia nos dan muchas recomendaciones prácticas para realizar una oración serena y sincera, que brote del corazón. Algunas de ellas las compartimos acá:
- El cristiano ora en todo lugar en toda ocasión, no usa muchas palabras
- Si está en su casa puede escoger un sitio especial para su oración, un lugar tranquilo
- Sin embargo, el mejor lugar para la oración es en la Iglesia durante la celebración de la Eucaristía
- Antes de orar debe examinarse internamente
- Antes de orar trata de perdonar todas las ofensas recibidas sacando de su alma toda perturbación
- Una vez hecho esto, se encontrará más dispuesto y atento a lo largo de toda la oración
- Debemos orar con nuestra mente y nuestro espíritu, pero sin sentimentalismos.
- Al orar disfrutemos del momento de contemplación que estamos viviendo
- Al orar descansamos en el Señor y nos sentimos más tranquilos y en paz
- Al orar entregamos al Señor nuestras cosa y El nos escucha
- En ciertos momentos de la oración cuando decae un poco el deseo o la atención. entonces es bueno decir algo en voz alta, para que se retome la concentración.
Con base a estas recomendaciones de los Padres, me parece que al orar debemos escoger y ordenar muy bien tanto el lugar físico como el lugar espritual.
El lugar espiritual es el corazón, por lo tanto debemos tratar, tal como nos recomiendan los Padres, de tener el corazón en orden al momento de orar: tratar de eliminar de nuestro pensamiento y nuestro corazón aquellas cosas que nos perturban, tratar de tener un corazón limpio. Esto último puede ser con un pequeño examen de conciencia antes de orar. Si sabemos que tenemos sentimientos negativos en ese momento, pues ofrecerlos al Señor como parate de nuestra ofrenda de oración, pidiendo su ayuda para superarlos.
En cuanto al lugar físico y la misma postura del que ora, también sería ideal tener un lugar que invite al recogimiento, a la meditación, que sea tranquilo para pensar con claridad. Los Padres recomiendan la Iglesia como el mejor lugar para orar, especialmente la Misa donde compartimos con los demás, porque la oración cristiana es comunitaria por excelencia.
Otro momento muy propicio también, es cuando exponen el Santísimo y todo el mundo guarda el debido respeto, asi es muy linda la oración porque se siente uno acompañado, no solo del Señor sino del prójimo. En casa mi papá tenía su lugar especial para rezar y prender su velita, eso ha sido un hermoso ejemplo para mí.
En lo que respecta a la postura, coincido con los Padres que rezar en voz alta ayuda a la concentración, me pasa mucho con el rezo del rosario, me gusta más cuando es con otra persona. En cuanto a la posición creo que el mismo recogimiento nos lleva según el lugar a estar de rodillas o con las manos en el pecho, eso si depende del lugar y el momento. La Misa por ejemplo tiene sus posturas propias segpún la liturgia: de pie, de rodillas, sentados, etc.
Pero ni el lugar físico, ni la postura, ni el estado de nuestro corazón deben ser excusas para dejar de orar... el Señor en su infinita misericordia se alegra con toda oración: desde la más sencilla, la más turbulenta, hasta la más excelsa... en mi opinión, estas recomendaciones no son para que al Señor le agraden más nuestras oraciones, son para nosotros, para que nuestra oración sea cada día más edificante y nos lleve a ser mejores cristianos.
Por eso me encanta esta frase de Juan Casiano:
"El que no ora más que cuando está de rodillas, ora muy poco. Pero quien, estando de rodillas, se abandona en distracciones, no ora nada en absoluto".
Me gustó su forma de invitarnos a que nos esforcemos para que nuestra oración sea cada vez mejor , pero que estemos alertas , que no debemos confiarnos, porque a veces hacemos las oraciones de rutina pero con la mente en otra parte.
Que estas recomendaciones nos ayuden a orar con la mente, con el alma y con el corazón.
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