Jesucristo, Rey del Universo

Bendito sea Dios,
que nos alienta
en nuestras luchas.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Para vivir el Adviento ...

 *PAUTAS DE ESPIRITUALIDAD PARA EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD*

Texto elaborado por: Pbro. Oscar Corona

Insistiendo en que los tiempos litúrgicos no son simplemente un calendario de fiestas religiosas sino celebración en el tiempo del Misterio de nuestra fe, los invito a vivir este tiempo de Adviento y Navidad como un regalo de Dios, un “kayrós”, un tiempo favorable, un tiempo de salvación.

Algunas cosas que nos pueden ayudar, sin pretender ser exhaustivo, son las siguientes:

•       *Liturgia de las Horas*. Puede ser muy valioso orar en este tiempo de Adviento y Navidad con la Liturgia de las Horas, al menos Laudes y Vísperas. Orar con los salmos, puede ayudarnos a penetrar con corazón nuevo en la riqueza litúrgica del Adviento y la Navidad.
Hay aplicaciones que nos puede ayudar. Una que puede recomendar es “Eprex”

•       *Santa Misa*. Sabiendo que en este tiempo de confinamiento se hace algo difícil la participación en la Santa Misa, sin embargo, aprovechemos la oportunidad de asistir si está a nuestro alcance, o participemos a través de los Medios de Comunicación, con espíritu de devoción y fe.

•       *Sacramento de la Reconciliación*. Igual que con la Santa Misa en este tiempo es un poco más difícil celebrar el Sacramento de la Reconciliación. Sin embargo, hagamos un serio examen de conciencia, celebremos el Sacramento del Perdón y, si esto no es posible, hagamos un sincero acto de confesión a Dios en nuestra oración personal.

•       *Actos de caridad*. La caridad sincera nos ayudará a vivir el Adviento y la Navidad como un verdadero encuentro con el Señor que viene que cada hombre y mujer que necesita de nuestra ayuda. La caridad la podemos vivir bajo forma de ayuda material o espiritual. Recordemos las obras de Misericordia Materiales y Espirituales.
Una forma eminente de caridad en este tiempo de Adviento y Navidad puede ser la reconciliación con alguna persona con quien estemos enemistados o que quizás por simple descuido nos hemos alejado. Podemos preparar el corazón para reconciliarnos o quizás para saludar a esa persona de quien estamos alejados.




•       *Palabra de Dios*. La lectura orante de la Palabra de Dios nos ayudará a escuchar al Señor, nos tocará el corazón. Podemos seguir la lectura de la Palabra de Dios de la Misa de cada día, o tomar algún libro de la Biblia y leerlo durante este tiempo. Puede ser el evangelio de Marcos, del cual hablamos ayer, o algún otro que sea de nuestro agrado.

•       *La Virgen María*. Como dije antes, Adviento es el Mes Mariano por excelencia. Cultivemos durante este tiempo un amor tierno y confiado hacia la Santísima Virgen María. El Santo Rosario o el Angelus pueden ser formas excelentes de oración mariana. Recomiendo hacer el Rosario con calma, sin prisa, saboreando las “Ave María”, no importa cuántos Rosarios hagas en el día, lo importante es saborear el Misterio de Fe que meditas acompañado por la Virgen María. También puede ser útil tener un “rincón mariano” en tu casa: una imagen de la Virgen adornada con alguna flor.

•       *Oración personal y en familia*. Fortalecer la vida de oración tanto de manera personal como en familia. Ojalá que durante este tiempo puedan tener en familia algún momento para orar juntos bien sea con la lectura de la Palabra de Dios, con el Santo Rosario, o con alguna forma de oración que ayude a la familia que tener un “tiempo para Dios”. Y sugiero que ese tiempo sea regular, es decir, que escojan un día y hora fijos a la semana para este tiempo de oración en familia.

•       *Corona de Adviento*. Un signo que puede ayudar es la elaboración de la Corona de Adviento. Ir encendiendo cada domingo una nueva luz, tener un momento de oración en familia, tener un signo visible del progresivo acercamiento a la Navidad, puede ayudar a la familia a prepararse para celebrar la Navidad.

•       *Cantos de Adviento y Navidad*: Poner música en casa, sea música litúrgica o música comercial, tan abundante entre nosotros en este tiempo de diciembre, nos ayudará a crear un ambiente de fiesta, de espera, de preparación. Nos ayudará a vivirlo como un tiempo “distinto”, especialmente en este año que ha sido tan duro.

•       *Adornar la casa*. Poner motivos navideños en la casa, preparar el Pesebre, poner el Arbolito, Sacar la vajilla y los manteles de navidad… son signos que nos ayudan a celebrar la Navidad. El ambiente que nos rodea influye en nuestro ánimo y en nuestro espíritu.

•       *Avivar la espera del Señor*. En un clima de desesperación o desesperanza, estamos llamados a avivar la esperanza. No una esperanza pequeña, no una esperanza cualquiera. La esperanza en Dios. Permítanme un recuerdo personal. Hace varios años, celebrando una Misa de Aguinaldo en un sector de San Joaquín, preguntaba yo a la gente qué era para ellos la Navidad. Dieron varias respuestas muy buenas. Pero la única que recuerdo es la de una niña como de 12 años, que estaba en silla de ruedas porque había tenido un accidente y había estado en cama varios meses y ahora lograba estar en silla de ruedas. Su respuesta fue: “Navidad es la demostración que para Dios nada hay imposible”   
Eso fue lo que le dijo el Ángel Gabriel a la Virgen María. Yo no se si la niña lo sabía, pero en su corazón y en sus labios, Dios había puesto esas mismas palabras. “Navidad es la demostración que para Dios nada hay imposible”.
Con este sentimiento que nace de nuestra fe, alimenta nuestra esperanza e impulsa nuestra caridad, vivamos este tiempo de Adviento y Navidad: Esperemos y celebremos en Dios para quien nada hay imposible.



¿Qué es el Adviento?

 ¿Qué es el Adviento? 

Texto preparado por: Pbro. Oscar Corona

La palabra “Adviento” viene del latín “ad-venire”, venir hacia. Por lo tanto “Adviento” significa “advenimiento”, “venida”.

El Adviento es el tiempo litúrgico de preparación a la celebración de la Navidad.
El Adviento consta de 4 domingos (no 4 semanas) y se caracteriza por el color morado, propio del tiempo litúrgico de preparación, de conversión.
Así como la Cuaresma es un tiempo de cuarenta días de preparación a la Pascua que dura 50 días (desde el Domingo de Pascua de Resurrección hasta Pentecostés).


Hay que decir que lo  importante no la preparación sino la celebración. Lo importante no es el “Adviento” sino la “Navidad” a la cual el adviento nos ha preparado. Lo importante no es la Cuaresma, sino la Pascua.
Por diversas razones hemos centrado más la atención en la preparación que en la celebración y así, toda la fuerza se concentra en la Cuaresma y mucho menos en la Pascua. Y en el caso del Adviento, convertimos en celebración la preparación y se celebra escasamente la Navidad en sentido propio. Baste ver todo el ambiente que hay entre nosotros antes y después del 24 de diciembre.

El tiempo de adviento consta de dos partes bien diferenciadas:
Desde el primer domingo hasta el 16 de diciembre: Prepara a la última Venida de Jesucristo.
Desde el 17 hasta el 24 de diciembre: Prepara a la primera Venida de Jesucristo.

*La primera parte del adviento*:
Desde el Primer Domingo de Adviento, que este año celebraremos el próximo domingo 29 de noviembre, hasta el 16 de diciembre, nos preparemos a la última venida de Jesucristo, su Venida Escatológica.

¿Qué significa esto?
Jesucristo, con su Muerte y Resurrección, y con el Don del Espíritu Santo nos ha salvado pero la plenitud de la salvación todavía no está cumplida.
Nosotros, la humanidad, el mundo, la creación… no vive la plenitud de la salvación, aunque ya hemos sido salvados por nuestro Señor Jesucristo.

Como dice el Documento de Aparecida: “Ser discípulo es un don destinado a crecer”. La vida cristiana es una vida en progreso. El Espíritu Santo nos guía, nos conduce. Hay un dinamismo de la fe, esperanza y caridad.
Podemos ver cómo Jesús en las parábolas del Reino habla de semilla, levadura, trigo y cizaña, etc. Tanto en la vida personal, como en la vida de la humanidad, vivimos lo que dice la carta a los romanos: la creación está expectante
Esperamos la plenitud de la salvación. El cielo nuevo y la tierra nueva
Esta primera parte del Adviento nos pone entonces en tensión hacia la plenitud de la salvación. Nos enfrenta a nuestra condición de viajeros, de cristianos en camino, de cristianos inacabados, de un mundo que avanza hacia la total liberación, del sentido del tiempo y de la historia como proyección hacia el futuro, de la historia como un tiempo de camino hacia la plenitud, un tiempo para escuchar los gemidos de parto de la humanidad (y de cada uno de nosotros), de esperar el cielo nuevo y la tierra nueva, no como ilusión idílica sino como promesa del Resucitado.
En esta primera parte del Adviento no es correcto que en la liturgia se canten aguinaldo y música “navideña”. Esos cantos son propios de la Navidad, o quizás de la segunda parte del Adviento. Los cantos en la liturgia deben expresar el sentido de cada tiempo litúrgico. Quiero aclarar que me refiero a los cantos en la Liturgia. Otra cosa diferente es que en la casa uno escuche música navideña mientras prepara el arbolito, o el pesebre, o las hallacas, etc.

*La segunda parte del Adviento*:

Del 17 al 24 de diciembre en la mañana.
Este breve tiempo, una semana, nos prepara a la celebración de la Venida Histórica, la primera venida. Nos prepara para celebrar la Encarnación del Hijo de Dios que “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo” como decimos en el Credo.
Es común entre nosotros la celebración de la Novena de Navidad y las  Misas de Aguinaldo.
Nos preparamos para celebrar la Navidad, nacimiento de Jesucristo, como don de salvación. No es simplemente el “cumpleaños de Jesús”. Es el don de la salvación ofrecido por Dios Padre a esta humanidad (Jn 3,16).
Nos preparamos a celebrar que “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo”.

¿Cuáles son las actitudes propias del tiempo de Adviento?
La espera (esperanza), alegría, conversión. Una esperanza alegre

En Adviento destacan algunos personajes y que nos pueden ayudar a vivir este tiempo de gracia:
•       Isaías: se leen las profecías de Isaías que nos anuncian la llegada del Mesías. Es el profeta de la esperanza, de la llegada del Mesías, del mundo nuevo.
•       Juan Bautista: Es el profeta entre nosotros, que nos muestra al Cordero de Dios presente entre nosotros, es el que invita a la conversión, a enderezar los caminos para el Señor.
•       La Virgen María: es la mujer del si a Dios, de la obediencia, del silencio ante el Misterio que se le revela, de la caridad presurosa para visitar a Santa Isabel, la de la espera que medita en su corazón, la del Magnificat que canta la misericordia fiel de Dios, etc.
Adviento es el tiempo “mariano” por excelencia. Más que mayo u octubre, Adviento es el verdadero Mes de la Virgen