Jesucristo, Rey del Universo

Bendito sea Dios,
que nos alienta
en nuestras luchas.

sábado, 22 de junio de 2013

San Cipriano de Cartago: El Padrenuestro


SAN CORNELIO, PAPA Y SAN CIPRIANO, OBISPO, MÁRTIR (Memoria, 16 de septiembre)

San Cipriano nació en Cartago hacia el año 210, de familia pagana. Se convirtió a la fe, fue ordenado presbítero y, el año 249, fue elegido obispo de su ciudad. En tiempos muy difíciles gobernó sabiamente su Iglesia con sus obras y sus escritos. En la persecución de Valeriano, primero fue desterrado y más tarde sufrió el martirio, el día 14 de septiembre del año 258. (Cf. LDLH _ 16 de septiembre).

San Cipriano nos dejó una prolífica obra, entre ellas esta que traemos hoy: Tratado sobre el Padre Nuestro, donde nos explica con frases muy sencillas el significado teológico y práctico de cada una de las frases de la única y maravillosa oración que Jesucristo nos enseñó.

Es tan hermoso este trabajo que ha sido utilizado por la Iglesia en no pocas ocasiones para catequesis, como parte de otros tratados y algunos fragmentos han sido incluídos en el Oficio de Lectura de la Liturgia de las Horas (LDHL), en este sentido podemos ver, por ejemplo, el aprecio de Benedicto XVI:

Benedicto XVI sobre San Cipriano
Audiencia General, 6 de junio, 2007

"En su tratado sobre la oración del Padre nuestro, anima a rezar usando las palabras con moderación, porque Dios no escucha las palabras sino el corazón. El corazón es lo más íntimo donde Dios habla al hombre y el hombre habla a Dios; es, pues, el lugar privilegiado de la oración."


El leer parte del tratado en la LDLH y la recomendación de Benedicto XVI me motivó a esquematizar un poco su contenido para compartirlo con ustedes en forma de tabla. Es solo un resumen de aquellas cosas que me impactaron mas:

Tratado de San Cipriano s/ El Padre Nuestro
Recomendaciones / Reflexiones
LA ORACIÓN HA DE SALIR DE UN CORAZÓN HUMILDE
(Caps. 4-6: CSEL 3, 268-270)

*   Las palabras del que ora han de ser mesuradas y llenas de sosiego y respeto. Pensemos que estamos en la presencia de Dios.
*   Nuestras peticiones debemos encomendarlas humildemente a Dios, ya que él escucha no las palabras, sino el corazón
*   Debemos pedir con fe
NUESTRA ORACIÓN ES PÚBLICA Y COMÚN
(Caps. 8-9: CSEL. 3, 271-272)


*   Nuestra oración debe ser  pública y comunitaria, y cuando oremos roguemos por todos
*   Oremos en unidad de espíritu y corazón
*   Decimos en primer lugar: Padre, porque ya hemos empezado a ser hijos y por esto debemos orar llenos de gratitud.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
(Caps. 11-12: CSEL 3, 274-275)

*   Además de orar tenemos que obrar como hijos de Dios, a fin de que él se complazca en nosotros
*   Añadimos: Santificado sea tu nombre, no en el sentido de que Dios pueda ser santificado por nuestras oraciones, sino en el sentido de que pedimos a Dios que su nombre sea santificado en nosotros.
*   Pedimos y rogamos ser santos
VENGA A NOSOTROS TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD
(Caps. 13-15: CSEL 3, 275-278)

*   El reino es la misma persona de Jesús por eso rogamos que vuelva a nosotros.
*   Pedimos a continuación: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, no en el sentido de que Dios haga lo que quiera, sino de que nosotros seamos capaces de hacer lo que Dios quiere
*   La voluntad de Dios es la que Cristo cumplió y enseñó
DESPUÉS DEL ALIMENTO, PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS
(Caps. 18. 22: CSEL 3, 280-281. 283-284)

*   Pedir tanto el alimento material como espiritual.
*   Pedimos recibir cada día el pan espiritual: la eucaristía, y permanecer así unidos al Cuerpo de Cristo.
*   Debemos pedir perdón para recordar que somos pecadores y pedir con confianza en que el Señor nos otorgará su perdón.
QUE LOS QUE SOMOS HIJOS DE DIOS PERMANEZCAMOS EN LA PAZ DE DIOS
(Caps. 23-24: CSEL 3, 284-285)

*   Debemos también nosotros perdonar a quién nos ofende. Jesús nos pide que vayamos primero a reconciliarnos con nuestro hermano; y una vez que estemos en paz con él, podremos también reconciliarnos con Dios en nuestras plegarias
HAY QUE ORAR NO SÓLO CON PALABRAS, SINO TAMBIÉN CON HECHOS
(Caps. 28-30: CSEL 3, 287-289)

*   Así como Jesús que nos enseñó a orar no solo con palabras sino con hechos, debemos nosotros también dar testimonio con nuestra oración.

Si te animas a  leer el material completo de donde seleccioné estos puntos, puedes obtenerlo en el Volumen III de La Liturgia de las Horas (Semana XI _ Oficio de Lectura) o puedes accesarlo a través de este enlace:


También te invito a leer el Catecismo de la Iglesia Católica, cuarta parte: La oración cristiana, artículos 2 y 3: Padrenuestro; que “trata del sentido y la importancia de la oración en la vida del creyente y realiza unos hermosos comentarios sobre el Padrenuestro y de las siete peticiones de la oración del Señor.  En ellas, en efecto, encontramos la suma de los bienes que debemos esperar y que nuestro Padre celestial quiere concedernos.”

Encontrarás Catecismo de la Iglesia Católica en este enlace: 









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