La Navidad celebra la venida histórica de nuestro Señor Jesucristo a este mundo y nos recuerda que debemos estar preparados para su segunda venida, se compone de Adviento y Navidad.
La Pascua es el tiempo más importante pues celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, quien murió para salvarnos del pecado y abrir las puertas del cielo para nosotros. Comienza el tiempo de Pascua con la Cuaresma como tiempo preparatorio, continúa con el Triduo Pascual y la Cincuentena Pascual para terminar con Pentecostés.
Finalmente tenemos el Tiempo Ordinario que se distribuye entre Navidad y Pascua en dos bloques, tiempo no menos importante, ya que durante sus 33 o 34 semanas rememoramos los hechos y enseñanzas de Jesús durante su ministerio público: conocemos sus amigos y familiares, sus acciones y milagros, sus sentimientos y sus palabras, que llenas de amor y sabiduría, nos enseñan el camino hacia Dios Padre.
También en el Año Litúrgico encontramos una serie de celebraciones que nos inspiran y van completando el sagrado recuerdo del Misterio Pascual de Cristo, tanto en la evocación de hechos particulares: Solemnidades y Fiestas del Señor, como en su cumplimiento en la vida de la Santa Madre de Dios y de los que se distinguieron como los mas fieles testigos de la fe y del evangelio.
Solemnidades, Fiestas y Memorias |
Así el Calendario Litúrgico es una herramienta maravillosa no solo para lograr la participación plena, consciente, activa y fructuosa (cf. SC.11,14) interna y externa (cf. SC.19-110) en acto (cf. SC.26) propia de los fieles (cf. SC.114) comunitaria (cf. SC.27), sinfónica (cf. SC.28) ... en las celebraciones litúrgicas; sino también como herramienta para el aprendizaje y crecimiento espiritual, les comparto este enlace donde encontrarán las Solemnidades, Fiestas y Memorias, así como también, la meditación diaria que podría guiarlos en su búsqueda y conocimiento de la Palabra:
http://www.almudi.org/CalendarioLiturgico.aspx
Les invito a revisar el calendario litúrgico y a verlo como algo más que fechas donde recordamos hechos y personajes, sino como un itinerario mediante el cual acompañados de Jesús vamos desvelando sus misterios, concociendo la Palabra y practicando su doctrina en nuestra vida cotidiana con hechos, palabras y obras.
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