La Devoción del Via Crucis data de los comienzos mismos del cristianismo. Desde el principio los cristianos quisieron recorrer el mismo camino que llevó a Jesus a la cruz y compartir de algún modo los sufrimientos que Jesus padeció en este camino. Era también una forma de expiar sus culpas pues los viajes a Tierra Santa eran crudos y peligrosos, llenos de muchos riesgos y abatares.
El Via Crucis ha acompañado a la Iglesia desde entonces y fue evolucionando hasta que a mediados del siglo XIV con la dominación musulmana de Tierra Santa, los cristianos impedidos de llegar hasta allá, comenzaron a erigir cruces en distintos lugares para rememoras los últimos momentos de la Pasión y Muerte de Jesús, estableciéndose las catorce estaciones tal y como se conocen hoy. Cada estación rememora un momento particular del camino de Jesús desde que es condenado a muerte hasta la crucifixión en el Calvario y su sepultura, tal como se aprecia en la foto. En el rezo del Via Crucis los fieles dedican un espacio de tiempo para leer algún pasaje del Evangelio, reflexionar y recitar las oraciones sugeridas para esta devoción.
Muchos santos antes que nosotros han practicado esta devoción con fe y esperanza, entre ellos San Alfonzo Maria de Ligorio compuso en 1761 un Ejercicio del Via Crucis que se mantiene vigente hasta nuestros días. Sin embargo, existen muchas otras versiones disponibles, mas rejuvenecidas y adaptadas para incluir otros momentos claves relatados en el Evangelio y que también nos ayudan a meditar y reflexionar sobre la Pasión de Cristo.
Yo por mi parte comparto con ustedes un link con el Via Crucis tradicional y la invitación a rezarlo con la misma fe de tantos fieles de comienzos del cristianismo; y que no sólo compartas los sufrimientos de Jesús sino que entregues los tuyos al Nazareno, que siempre alivia nuestra carga.
http://www.rosario.org.mx/biblioteca/viacrucis.htm